El riñon regula la tensión arterial mediante la eliminación de sodio (sal) y agua.

Entre los problemas vasculares más frecuentes que originan la IRC hay que destacar la hipertensión arterial.

La tensión arterial es la presión que padecen los vasos sanguíneos cuando la sangre sale del corazón (tensión arterial sistólica: vulgarmente llamada “la alta”) o cuando el corazón se llena (tensión arterial diastólica: vulgarmente “la baja”).

Esta presión no es constante, varía a lo largo del día dependiendo de muchos factores: según hagamos reposo o estemos en movimiento, la temperatura (a más frío, mayor presión), si estamos nerviosos…etc. Pero, generalmente, su medición debe encontrarse dentro de unos límites, ya que fuera de ellos, de una forma continuada se puede producir daño renal.

La hipertensión es una elevación de los valores medios provocada por distintas causas, y que tiene unos efectos nefastos sobre nuestra salud. Puede ser Esencial (90%) o de causa desconocida y Secundaria (10%) provocada por un fallo renal. El riñón, en estos casos, se manifiesta como agresor y como víctima. Por un lado el daño renal puede provocar hipertensión, y, por otro, la hipertensión provoca daño renal.

Teniendo en cuenta la importancia que tiene su control procuraremos, pues, evitar los factores de riesgo que la producen (consumo de sal, de tabaco, de alcohol, de café, exceso de grasas, obesidad, estrés, vida sedentaria…) ya que una prevención cardiovascular es un seguro de vida.

No obstante, no hay que olvidar que intervienen otros factores en el desarrollo de la hipertensión (factores ambientales, influencia genética, edad, sexo…). Es sabido que no se produce en aquellas sociedades que mantienen una dieta vegetariana ni en las sociedades subdesarrolladas.


En nuestro entorno, esta enfermedad se produce en más del 26% de mujeres y en más del 21% de hombres, siendo una de las principales causas de la Insuficiencia Renal Terminal


Por ello, deberemos estar alerta y llevar un control exhaustivo de sus valores, algo que podremos hacer desde nuestra propia casa o en la farmacia de nuestra confianza. Para una toma adecuada de la tensión arterial tendremos en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Tomarla tras cinco minutos de reposo por lo menos.
  • No haber ingerido café ni ninguna otra sustancia excitante.
  • Tomarla con un manguito adecuado al tamaño del brazo.
  • No redondear cifras.

Si se observan valores que están fuera de los límites aceptables:

  • Hacer varias tomas separadas al menos 15 minutos.
  • Hacer distintas mediciones en diferentes posturas.
  • Realizar diferentes tomas separadas, al menos, una semana.
  • En caso de persistir es importantísimo acudir al médico.